¿Cuál es el origen del dicho "no hay quinto malo"?

Invitado (no verificado). Publicado el 06 de Septiembre de 2013

¿Cuál es el origen del dicho "no hay quinto malo"?

Es un artículo espectácular que encontré en Panorama Cultural, prensa de Valledupar. Conmemorando el mes del Patrimonio Cultural, este artículo hace referencia de la memoria colectiva y de las tra...

Es un artículo espectácular que encontré en Panorama Cultural, prensa de Valledupar.
Conmemorando el mes del Patrimonio Cultural, este artículo hace referencia de la memoria colectiva y de las tradiciones y costumbres de sus pueblos  a través del popular dicho "No hay quinto malo", es un texto de opinión y propocición que cuestiona y muestra las actividades que conmemoran las tradiciones.
La tradición popular se nutre de un compendio de conocimiento no bibliográfico pero almacenado en el acervo de la memoria de los pueblos. Hasta la observación menos precavida de cualquiera que generación tras generación ha caminado por el sendero de la historia, ha dejado una impronta ligada a la acción del hombre en su espacio y tiempo, de modo que el imaginario colectivo queda dotado de palabras clave referidas a situaciones concretas, a través de las cuales la humanidad de hoy se pone en contacto con la de ayer para aprender de su experiencia. Por eso los refranes tienen tanta certeza en el trasfondo. No han sido concebidos en la casualidad de los hechos sino que surgieron de la atención con que la inteligencia humana ha observado su propio diario acontecer sobre la tierra.
¿Cuál será entonces el origen del popular dicho “no hay quinto malo”? ¿Cuál es su verdad? Asumiendo en sentido estricto la variable del orden, hemos de creer con absoluta seguridad que después de cuatro intentos o momentos, el número cinco será el de mayor alcance. Es probable también que no se refiera específicamente a la ocasión número cinco en que se intenta algo, sino que podría ser la afirmación tácita de que, independientemente del número de veces en que se haya fracasado, siempre la siguiente puede ser la exitosa. Y si a la tercera es la vencida, ¿cuánto mejor será el logro del quinto esfuerzo?
El origen de este aforismo, si acaso en la Cábala podría rastrearse. No lo sé a ciencia cierta, pero lo que sí sé, partiendo del contexto de las probabilidades, es que por muy regulares o buenos que hayan sido los primeros cuatro, el quinto no será malo. Por eso la Fundación AVIVA -Amigos del Viejo Valle de Upar-, que ha instituido la celebración del Mes del Patrimonio Cultural en nuestra Ciudad, tiene entusiasmo suficiente para seguir adelante en su labor de salvaguardar nuestro patrimonio, tanto más cuanto que los primeros cuatro años han ratificado su poder de convocatoria.
Desde su constitución en el 2008, AVIVA ha desarrollado una labor de apropiación social del patrimonio cultural material e inmaterial en la región, identificándolo, valorándolo, conservándolo y divulgándolo. No sólo porque sea el primer objetivo de su gestión sino por la certeza de que la identidad depende precisamente de la salvaguarda de nuestros valores raizales. En este sentido, AVIVA planifica estrategias para generar en la comunidad sensibilidad hacia el Patrimonio, acciones que se encuentran enmarcadas dentro de los lineamientos del Ministerio de Cultura. No en vano AVIVA recibió la distinción “Vigía del Patrimonio Cultural” el mismo año de su creación y luego han sucedido dos distinciones más a su trabajo perseverante. Sólo AVIVA ha sido designada Vigía del Patrimonio en todo el Departamento del Cesar.
Este quinto año de celebración tiene varias peculiaridades. En primer lugar -para tener en cuenta-, es el segundo año seguido en que no hay apoyo estatal de ningún tipo. El aspecto número dos se refiere a la disminución de los eventos programados en relación con los de años anteriores: inicialmente se previó llevar a cabo sólo cinco, para hacer énfasis en el quinto aniversario y porque la falta de recursos obliga a la mesura, pero entidades que apoyan y refuerzan la actividad cultural en Valledupar, como el Banco de la República, la Alianza Francesa, el diario PanoramaCultural.com.co, entre otras, han nutrido la programación hasta alcanzar nueve eventos culturales durante todo el mes de septiembre.
En tercer lugar se destaca el interés del sector privado, que ha ofrecido respaldo a las actividades que organiza AVIVA, tanto por la seriedad con que son realizadas como por el positivo impacto que generan en la comunidad: el Acto de presentación del Mes del Patrimonio, el primer evento de la agenda, que comienza acostumbradamente con una exposición de pintura de artistas reconocidos de la región, se ha convertido en un evento masivo. Este año la Fundación AVIVA rinde homenaje a la obra del pintor vallenato Celso Castro Daza, cuya trayectoria artística lo sitúa entre lo más destacado del arte nacional (“Mangos y caricias” se titula la imagen que ambienta esta columna).
El Foro Patrimonial, que ha contado con la presencia de figuras como Patricia Rentería Salazar, curadora número cuatro de Bogotá y PhD en Patrimonio, o la internacionalmente celebrada chef Leonor Espinoza, de “Cocina y Cava”, para abordar la gastronomía del Caribe, es sin duda uno de los mayores momentos de academia en nuestra Ciudad.
El ejercicio lúdico Los niños pintan el Patrimonio, además de ser un valioso estímulo para el incipiente talento artístico, es una panacea para sensibilizar a los niños -y por ellos a sus padres-, puesto que en las nuevas generaciones está la mayor esperanza de conservación del Patrimonio, estimado por muchas personas como un retroceso, cuando antes de ser una involución al pasado es una actualización en el presente de lo que fuimos tiempo atrás para proyectarlo al futuro como parte fundamental de nuestra historia e idiosincrasia.
El Mes del Patrimonio suele concluir con un recorrido: Vámonos de callejones, que recrea de modo romántico la vida cotidiana de nuestros ancestros y el trasegar de los antiguos vallenatos por las callejuelas que conectaban internamente los recovecos del centro histórico de Valledupar. Recorrido que contempla música, danza, teatro, poesía bajo la luna, recuerdos de tiempos idos y… ¿por qué no? También nostalgia, y algo de humor para interpretar a personajes del Viejo Valle.
Un cuarto detalle para considerar es el lema: La salvaguarda del patrimonio y su divulgación generan turismo cultural. Con esta novedad, AVIVA ha querido resaltar el hecho de que no se recupera el Patrimonio para mantenerlo estático, como una pieza de museo, sino para presentarlo como evidencia del dinamismo de nuestra memoria histórica al tiempo que se genera un turismo cultural sostenible, ecológico y garante de la conservación de la cultura misma. En eso los países civilizados están años luz de distancia de nosotros. Por último: la gratitud de AVIVA a todos los que han apoyado esta misión con su presencia y patrocinio: ¡A disfrutar esta quinta edición del Mes del Patrimonio!
Por Armando Arzuaga Murgas
Publicado en Panorama Culural