Una pasión que bordea los límites de la naturaleza

Danza en Red. Publicado el 11 de Diciembre de 2013

Una pasión que bordea los límites de la naturaleza

La pasión está inevitablemente ligada a la danza. La abarca, la abraza, la envuelve. Si la pasión abandonara a la danza, esta sería vacía, solo sería una seguidilla de movimientos aprendidos, ya...

La pasión está inevitablemente ligada a la danza. La abarca, la abraza, la envuelve. Si la pasión abandonara a la danza, esta sería vacía, solo sería una seguidilla de movimientos aprendidos, ya no habría arte.

En la danza, el cuerpo es la materia prima y a la vez el instrumento. La técnica enriquece a esta musa que, al lado de la música, acompaña sabiamente todos los momentos del existir humano.

Cuando hablamos de pasión no nos referimos al sufrimiento sino a ese impulso que lleva a querer algo con mucha fuerza, es un sentimiento, un querer, que va más allá de la simple inclinación o habilidad.

Y si esa semilla, que al parecer es innata, se siembra, se abona y se cosecha en el momento justo, el resultado no es otro que el de un cuerpo alcanzando los límites de su naturaleza humana y expresándose a plenitud.

Dicha plenitud se logra con técnica y estudio, tal como sucede en diferentes expresiones dancísticas, ya sea la folclórica, la clásica, la moderna, la contemporánea, experimental o muchas otras que existen así como culturas y pueblos en el mundo hay.
   
Al ver las entrevistas de los artistas que han sido artistas de la semana en Danza en Red y otros tantos que han hablado de su trasegar por el mundo de la danza nos encontramos con que este arte siempre encuentra a su bailarín.

Es como si la danza estuviera escrita en el libro de su vida, marcada en su piel. No pocas historias tienen en común una división entre el profesional convencional y el bailarín, y pese a que este en un cierto punto de su historia de vida se ve forzado a “dejar la fiesta”, la danza lo vuelve a encontrar.

La danza en muchos casos está envuelta en una historia de encuentros y desencuentros; pero al final de cuentas, la semilla que ha sido sembrada desde la concepción del bailarín y abonada pertinentemente con la técnica y enseñanza necesarias, se ve impulsada por la pasión por la fuerza que impulsa al bailarín a no dejar abandonada la danza, o ¿Es la danza quien no abandona a su bailarín?